domingo, 25 de julio de 2010

Yo, Claudio




Escribir este artículo es hasta el momento el reto más complicado que he tenido desde que comencé con el blog. Yo, Claudio es una serie de 1976, se dice pronto pero son casi 35 años. Como podréis imaginar comparar visualmente una serie de los 70 con una actual es un acto un poco cruel. En la serie no hay exteriores, se rueda prácticamente todas las escenas en 2 o 3 decorados, se parece más a una obra de teatro que una serie de televisión. No hablemos de los efectos especiales o el maquillaje, en 1976 tirarse un pedo en televisión se considerada un efecto de sonido digno de un premio. Como comprenderéis si se rueda toda la serie en una habitación es muy difícil que puedan aparecer extras, aún así aparecen, aunque yo tengo la sensación que están apretados e incómodos, el trabajo de extra no se valora lo suficiente.

Teniendo en cuenta todo lo anterior comprenderéis que me resulte difícil demostraros que esta serie seguramente es una de las mejores de la historia, a pesar de que tengo la certeza que cuando habéis visto de que serie iba hablar se os ha quedado cara de pensar “este tío se pasa con las drogas”, voy a intentar convenceros de que le deis una oportunidad.

Imaginaros una clase de colegio o de instituto, ¿Cuántos alumnos tendrá? ¿25, 30? Bien, pues imaginaros que tienen que elegir delegado de clase, pero en este supuesto vamos a forzar aun más la imaginación y vamos a pensar que ser delegado de clase es la cosa más importante del mundo, el delegado es el líder, el macho alpha, el lomo plateado... sé que cuesta imaginarlo, todos sabemos que al final acaba siendo delegado el más pringado. ¿Quién será el delegado? Aquí habrá divergencias, alguno pensara que tendrá que ser el delegado el más guapo, otro pensara que lo será el más fuerte, otro creerá que el más simpático… pero nadie pensara que podrá serlo ese tontaco, tartamudo, feo y cojo que se sienta en primera fila. Todo el mundo lo tratara como una mierda, porque en este ejercicio de imaginación nuestros alumnos son unos auténticos hijos de puta y se comportaran en consecuencia.

Pero sucede algo, resulta que el puesto de delegado es tan importante que todos intentan acceder a él, así que surgen complots e intrigas para derrocar al delegado de turno, si hace falta le limpian el forro al delegado y a los aspirantes, así de majetes son nuestros muchachos ¡esa muchachada buena!

¿Y nuestro tontaco? ¿Qué pasa con él? Pues resulta que nadie ha prestado atención a ese bicho raro, nadie le ha considerado una amenaza, pero resulta que el muy cabroncete no es lo que aparentaba ser, resulta que es más listo que las putas y acaba siendo delegado. Este personajillo se llama Claudio.

Yo, Claudio esta basado en un libro del escritor inglés Robert Graves y narra la vida de Claudio y de su familia. Es una serie de guión puro y duro, se ciñe muy estrictamente al libro. Temporalmente se sitúa justo después de “Roma”, otra serie de romanos de la que ya hable, si ya habéis visto “Roma” y os gusto tenéis más papeletas para que esta también os guste. ¿Habéis visto Star Wars? Es como comparar la saga vieja y la nueva.

Vivimos en una época en la que se valora muy poco la calidad de los guiones, se pone más peso en los efectos o el marketing y en tener contento al personal para que no se aburran, bueno, no se aburran o que no piensen. Yo, Claudio es la demostración que solo con guión se puede hacer una gran serie

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